Una interesante polémica se ha venido dando en los medios acerca de las "pulseras iónicas" en los ultimos días
(1) (2) (3) (4), y no pude resistir escribir algo al respecto, desde un punto de vista mas científico. Y no me refiero a estar atacando a las pulseras, tratándolas de pseudo-ciencia y charlataneria o tratando a la gente que decide usarlas como ingenuos o idiotas. Eso no me interesa.
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Las pulseras de la discordia |
Lo que quiero hacer, es presentarles un concepto que hace tiempo se usa en la ciencia: La
Robustez
Robustez = Propiedad de un sistema biológico que le permite mantener su funcionalidad contra perturbaciones internas y externas
En otras palabras, si tenemos un día con 35°C y otro con 15°C, nuestro cuerpo funciona normalmente: podemos respirar, comer, correr, etc, porque es robusto a esas variaciones. Y por lo mismo, se van a adoptar medidas para contrarrestar el calor (sudar) o el frío (tiritar) y por ende mantenerlo en condiciones óptimas sin importar las diferentes temperaturas.
Otro ejemplo: Nuestra sangre tiene un pH aproximadamente neutro, y las mínimas variaciones de ésta pueden ser fatales. Si nuestro organismo no pudiese manejar los cambios externos, moriríamos de acidosis al momento de tomarnos un vaso de Coca-Cola (que contiene ácido fosfórico).
Entonces mi problema con el efecto de las pulseras no responde a la falta de pruebas científicas o a la charlatanería, porque podrían ser funcionales (en estricto rigor, no he visto artículos que comprueben la eficacia o ineficacia de estos productos). Pero cuando supe de ésto, no pude evitar hacerme la siguiente pregunta:
Si tu cuerpo es un sistema robusto, ¿Permitirá ser afectado por un imán en la muñeca o será capaz de contrarrestar su efecto y mantener tu medio interno sin alteración?